22.10.12

Popurrí.


Ya se me ha pasado la fiebre de tratar de hacer muchas cosas a la vez, ahora soy más realista, según yo.
Creo que tengo alguna deficiencia mental: confundo números y letras, cosa que me ha vuelto insegura en campos laborales, pero nada grave. Dibujo mucho todavía, y a pesar de la práctica, aún me cuesta trabajo, pero no abandonaré. A veces me conmueven mis dibujos y los veo todo el tiempo, a veces no.

El lunes pasado lloré mucho, por asuntos varios, supongo. No me importa tanto que hace un mes exacto cumplí 21. Y aunque lloré ese lunes, sin saber exactamente por qué, llevo algunos meses sintiendo algo parecido al entusiasmo, no sé de dónde viene.
Tengo una nueva amiga. María Isabel tiene ojos bonitos y temperamento belicoso, le gusta el cine y 'pellizcar la piel flojita', dice.

Hace algunas semanas tuve un ataque raro de pesimismo y fui a ver a dos doctores, de campos diferentes en la misma semana. No tengo nada. Soñé otra vez que me golpeaban en la calle. Horrible.

El veterinario afirmó que Sol vivirá una década más, tal vez, y se burló cuando le dije que me asusté porque le vi canas en las pestañas.

Hace un mes me encontré a una anciana que necesitaba ayuda para cruzar una calle sin semáforos. Crucé con ella y conocí su casa por fuera. Su apellido es Flores y tiene dos perritos. Es una monja retirada que vive sola, cuando me preguntó si iba a misa, mentí y dije que sí.
Le dejé mis teléfonos por si necesitaba algo, después me llamó y fui con ella a tramitar cosas aburridas de bancos. Esa tarde la acompañé a visitar al Santísimo, dos palitos cruzados.


Dijo que si tenía algo que pedir o motivos para agradecer, ése era el momento. Mentí y dije que sí, otra vez.
Luego me obligó a persignarme y a bajar un poco la cabeza en señal de respeto, y yo obedecí. No tengo ganas de contradecirla y que iniciemos una discusión, no tiene caso.


Me regaló una manzana envuelta en una servilleta, la dejé comiendo en el mercado porque tenía que regresar a la oficina y ella comprendió.
Posteriormente me localizó y me dió las gracias. Quiero llamarle para saber cómo está, pero siempre lo olvido. Olvido todo, tal vez necesite vitaminas. Necesito una tableta para dibujar, también. Una almohada nueva y algún viaje por carretera...