15.11.11




En el transcurso de la semana pasada me enamoré de muchas cosas; la ciudad estuvo nublada los siete días, así que tuve que subirme en todos los balcones para ver al sol de frente...las personas que conocí fueron maravillosas conmigo, menos en el metro, en el metro no.

Extrañaba uno de esos periodos donde nada tiene fallas y todo parece estar bien. Días donde todo tiene su encanto...incluso sentarse al lado de un niño llorón en un viaje de seis horas, incluso la película que vimos, donde dos lagartijas con acento norteño usaban ropa y se daban besos en la boca.

Todavía ando feliz.